TRISTE AGONÍA

Me muevo lentamente, arrastrando los pies por las calles, como si acarrearan un gran peso. Y en realidad lo hacen; llevan encima todo la carga de mi corazón lleno de pena, arrastran el bagaje de una y mil vidas .
Bajo la cabeza, no quiero que nadie me reconozca bajo el pañuelo. No quiero que descubran la enfermedad en mis ojos, ni deseo que vean esas lágrimas que son mis fieles compañeras y siempre me acompañan. No soporto sentir su pena.
Cual será esa extraña fuerza que me empuja a moverme, no me lo explico, porque mi mente esta parada, se detuvo ya hace tiempo, y mi corazón...él quizás nunca funcionó. Ya no lo recuerdo.
Sigo andando sin detenerme como un alma en pena, como un robot programado para resistir , en mi camino hacia el hospital, ahora mi rutina diaria.
Ironias de la vida, tal vez una broma del destino que hace que tenga que ir allí cada día para curarme, para salvar una vida que ya no existe, que esta muerta. Una vida que no deseo
Y entonces porque lo hago? Porqué sino quiero?
Ojalá pudiera quedarme en casa, en mi refugio, por siempre jamás, no verme obligada a salir. Sin dar explicaciones a nadie, agonizando en silencio, hasta que la muerte se apiadara de mí y viniera a buscarme. Irme sin hacer ruido, sin que nadie lo notara , como no han notado hasta ahora tantas cosas.
Es tan duro tener que seguir mintiendo, mantener unas falsas apariencias, y más desde el momento en que me diagnostican la enfermedad. Esta ya no puedo esconderla. Lo que no saben es que mi verdadera dolencia hace mucho que me afecta, y es terminal, me va matando lentamente.

Pero prefiero que no lo sepan. No quiero que sufran por algo que no entenderian.
Desde entonces entré en una espiaral de la que no puedo salir...Día a día escucho como debo luchar, que ahora tengo que ser más fuerte que nunca, que debo ser positiva....si supieran...si pudieran leer en mi interior...
Me veo atrapada en un mar de personas que con más o menos interés me preguntan, se interesan por mi, me llaman, me escriben...y yo me pregunto: quien es toda esta gente? Donde han estado hasta ahora? cuanto hay de verdad en sus palabras y cuanto de compromiso en sus muestras de cariño.
Pronto te das cuenta, de que, como dicen, el tiempo pone a todo el mundo en su lugar, y la criba no tarda en llegar. Y es ahi cuando ves la realidad. Si de algo sirve estar enfermo es para eso, para darte cuenta de quien está a tu lado sinceramente y quien no.
La cuestión es que acabas manteniendote en pie por esas pocas personas que te quieren, por no defraudarlas, por no hacerles daño. Ese se convierte en el motor de tu existencia.
Y yo que soy un ser cobarde, ni en este momento de mi vida, cuando ya traspasé el umbral de la tristeza y el dolor, soy capaz de ser honesta con ellos y decirles lo que pienso y lo que siento.
Y otro peso más a mi mochila ya de por sí saturada.
Qusiera gritarles que se alejen de mí, que salgan de mi vida; no quiero que se asomen ni por un momento a ese pozo en el que vivo, no podrian soportar su oscuridad, ni yo quisiera que lo hicieran, les haría daño y yo no lo aguantaría.
Les quiero, pero ese sentimiento me duele porque es el único que me retiene aqui contra mi voluntad. Sino fuera por ellos hace mucho que me habría ido.
A veces pienso lo que les diría:

- si os importo dejadme ir, si significo algo para vosotros cortad esa cadena que me ata a este mundo, necesito descansar, ya no puedo más.... liberadme de ese nudo que me corta la respiración...

Tambien imagino sus miradas al escucharme, llenas de incomprensión, de temor, como si estuvieran escuchando la absurda letania de un loco .
Pero eso solo pasa en mi cabeza, aquí sigo arrastrando mis días como una condena.
Quizás todo sea un castigo merecido por pedir tantas veces mi final, una muerte en vida sin sentido, que me liga a este mundo que odio.
No espero que nadie me entienda porque yo tampoco lo haría, solo pido que me respeten como yo lo hago, y no me juzguen, ya que nadie sabe quien soy., nadie me conoce.